Cephalota hispanica

Cephalota hispanica es una especie propia del litoral del sur de la península Ibérica, donde aparece en varias localidades a lo largo de las provincias de Cádiz, Huelva y en el sur de Portugal. También existe una cita de la especie en Extremadura.

Hasta el año 2006 se consideraba que C. hispanica también aparecía en algunas lagunas saladas de interior en la provincia de Toledo, pero actualmente se sabe que las poblaciones de esta zona pertenecen en realidad a una nueva especie, C. dulcinea.

No obstante esto último, es relativamente fácil reconocer a C. hispanica. Gracias a su color negro con pocos reflejos metálicos y la maculación de sus élitros, estrecha, sinuosa y bien delimitada, resulta difícil de confundir con otras especies. Un vistazo más detallado a su labro, claramente tridentado, permite separarla definitivamente de C. dulcinea. Las especies con las que, en mi opinión, podría ser más fácil confundirla sin capturarla, son C. maura y Calomera littoralis, que viven en hábitats muy similares en la misma región y también son de color negro uniforme (en C. littoralis las poblaciones más meridionales tienden a ser oscuras). De todas formas, la maculación  de las dos especies es claramente distinta.



El hábitat favorable a C. hispanica se parece mucho al de otras especies de Cephalota como C. deserticoloides y C. litorea, y consiste en el suelo altamente húmedo y salino con escasa vegetación halófila propio de marismas, lagunas saladas y salinas.

Al igual que otras especies de su género, C. hispanica se encuentra activa sobre todo en los meses de Junio y Julio, aunque también puede ser vista en fechas más tardías. Su actividad se desarrolla sobre todo a las horas más calurosas del día. Nosotros vimos adultos el día 2 de Julio a las 14:00, pero visitas al mismo lugar a las 9:00 y a las 19:00 no dieron resultados positivos. Sin embargo, C. hispanica aparecía en este lugar conviviendo con C. litorea, que alargaba su actividad tanto por la mañana como, sobre todo, por la tarde. C. litorea es bien conocida por sus hábitos crepusculares e incluso nocturnos, por lo que esta observación no supone una gran sorpresa.

De todas formas, incluso durante las horas en las que coinciden, se aprecian claras diferencias de comportamiento entre las dos especies: mientras que C. litorea prefiere el suelo abierto y sin vegetación de los grandes claros, C. hispanica se mueve más por los bordes de la vegetación y en zonas con plantas dispersas que le ofrecen algo de sombra. Cuando C. hispanica se siente amenazada efectúa vuelos cortos de un par de metros y a menudo se posa lateralmente a la fuente del peligro. De esta manera, C. hispanica mantiene la distancia sin alejarse demasiado, y es frecuente perderla de vista cuando finalmente alcanza una mata tupida de vegetación en la que esconderse. C. litorea prefiere huir del peligro con vuelos largos de muchos metros, que a menudo resultan en su rápida desaparición de nuestro campo visual.