Mantenimiento en cautividad

Los cicindélidos españoles son todos de actividad diurna con la excepción de la localizada Megacephala euphratica. La mejor, y en ocasiones única manera de observar a estos coleópteros de cerca y con tranquilidad, y de observar cómo viven y qué comportamientos desarrollan es capturándolos y manteniéndolos durante un periodo de tiempo variable en cautividad. En esta sección trataremos el tema del manetenimiento en cautividad de cicindélidos. Ofreceremos enlaces con entradas correspondientes a la cría en cautividad de diversas especies y nuestra experiencia con cada una de ellas.

El primer paso en la cría de cicindelas es su captura, que requiere en la mayoría de los casos la ayuda de un cazamariposas. Muchas especies son muy esquivas, levantando el vuelo o corriendo rápidamente incluso si nos acercamos a varios metros de distancia. Existen varias técnicas con el cazamariposas, pero la única verdad es que se adquiere habilidad con la práctica. Incluso así, algunas cicindelas son un verdadero reto a incluso para "cazadores" experimentados. No tenemos que capturar demasiados animales, ya que excedernos en la captura de individuos innecesarios no es respetuoso con la naturaleza y además no queremos introducir demasiadas cicindelas a la vez en el recinto cerrado que será su hogar. Cuatro o cinco (procurad que haya tanto machos como hembras) son un buen número para un acuario de 60 litros. Los machos de la mayoría de especies tienen los tarsos de las patas anteriores cubiertas de pelillos o setas que les ayudan a mantener el agarre a la hembra durante la cópula y el amplexo posterior. En algunas especies, como C. campestris y C. maroccana, hay algunos otros indicios que nos permiten discernir un sexo del otro.

Tanto los adultos como las larvas son fáciles de cuidar en un terrario o acuario que disponga de una iluminación adecuada, además de humedad y sustrato correctos. Los adultos intentarán huir en cuanto tengan oportunidad, y puede ser difícil mantener un equilibro de humedad y temperatura adecuado para ellos. De todas formas, con unas ideas básicas es del todo factible la observación en cautividad de estos insectos durante al menos unos días.

El mejor sustrato suele ser el del sitio de captura de las cicindelas: arena de playa para especies como Lophyra flexuosa y Cicindela maritima, arcillas para las Cylindera, etc. Si queremos lograr que los insectos ovipositen y que se desarrollen las larvas será necesario un cierto grosor de la capa de sustrato (con unos 6 a 10 cm es suficiente en muchas especies).

Es muy importante mantener una porción de este sustrato húmedo en todo momento para que los animales dispongan de una fuente de agua. Se observará cómo los animales "muerden" el sustrato para extraer el agua del suelo húmedo. Una buena manera de suministrar el agua es por medio de un pulverizador y a primera hora de la mañana, de modo que evitemos interferir con la vida de los escarabajos en la medida de lo posible.

Respecto a la iluminación, una bombilla incandescente habitual brindará tanto luz como calor y traerá gran actividad a las especies amantes del calor. Es importante que la luz proceda desde el techo del terrario, de lo contrario los escarabajos correrán hacia la pared donde se sitúe la fuente luminosa y se acumularán ahí de forma indefinida. Por eso, si llega mucha luz solar desde un lado es recomendable en nuestra experiencia cubrir ese lado con una cartulina. Para tapar el terrario podemos usar una diversidad de materiales, siendo el imperante que permita una buena ventilación pero evite la fuga de las cicindelas; la tela mosquitera es una buena opción.

Los adultos son feroces cazadores visuales, y la dieta ideal para ellos consiste en pequeños invertebrados vivos como hormigas, grillos y saltamontes pequeños e incluso alguna lombriz. Es preferible utilizar animales que no puedan volar o trepar por las paredes del terrario, ya que se podrían acumular en el techo y fuera del alcance de nuestros escarabajos. Esto es un problema incluso con saltamontes que sean capaces de saltar lo bastante para alcanzar la mosquitera del terrario. Se puede suministrar el alimento a diario en pequeñas dosis o cada dos días.

Es casi seguro observar comportamientos reproductores, y si tenemos suerte las cicindelas pondrán huevos. Para ocuparnos de las larvas, nosotros (en el caso de L. flexuosa) permitimos que eclosionaran en el terrario (para evitar manipular el huevo) y después capturamos a la larva y la introdujimos en un tubo o vial, que si se mantiene oscuro (rodeado por un canuto de papel o cartulina negra) nos permitirá seguir de cerca la vida de la larva dentro de su túnel. Las larvas son igualmente carnívoras y se alimentan de pequeños insectos como hormigas. En el futuro hablaremos más de cerca de la cría de larvas.

Es muy interesante mantener un cuaderno durante los días que dure nuestra experiencia de cría, donde anotaremos lo que vemos y las condiciones bajo las que ocurre, así como todo aquello que nos llame la atención o nos impacte. Las cicindelas en su quehacer diario constituyen en sí mismas un espectáculo muy entretenido, que a la vez nos ofrece todo un despliegue de pautas de comportamiento, muchas de las cuales no son bien o enteramente conocidas.

Última actualización: 30/03/2014