Esta especie, que hemos mantenido en cautividad, se diferencia de otras
en los siguientes caracteres:
Suele
ser de color verde, aunque puede variar hasta tonalidades azules. Las marcas
pálidas de los élitros se encuentran reducidas a una serie de puntos dispersos,
estando el punto central en los élitros bordeado con márgenes negros o rojizos.
Los palpos labiales son verdes metálicos, lo cual contribuye a distinguirla de especies como Cepahlota (Spiralia) maura, de la que se
diferencia además por no tener el labro tridentado. La principal dificultad en
la determinación surge de su gran similitud con C. maroccana, de la que se distingue con fiabilidad recurriendo a
la examinación de la genitalia. Las hembras de las dos especies se diferencian fácilmente por poseer una manchita negra
adicional cerca de la sutura que separa los élitros.
A grandes rasgos, se puede decir que si tiene una apariencia verde intensa e incluso azulada con manchas pequeñas y amarillas, seguramente es C. campestris, mientras que una apariencia de un verde más apagado o cobrizo con manchas más grandes y blancas suele ser C. maroccana. Esto, junto con información sobre el hábitat, suele ser suficiente para identificarla. Los individuos de esta última especie en los alrededores de Zaragoza parecen ser además ligeramente más grandes que los de C. campestris.
Aquí tenéis un dibujo esquemático de un ejemplar capturado cerca de Sabiñánigo, Huesca:
A grandes rasgos, se puede decir que si tiene una apariencia verde intensa e incluso azulada con manchas pequeñas y amarillas, seguramente es C. campestris, mientras que una apariencia de un verde más apagado o cobrizo con manchas más grandes y blancas suele ser C. maroccana. Esto, junto con información sobre el hábitat, suele ser suficiente para identificarla. Los individuos de esta última especie en los alrededores de Zaragoza parecen ser además ligeramente más grandes que los de C. campestris.
Aquí tenéis un dibujo esquemático de un ejemplar capturado cerca de Sabiñánigo, Huesca:
Foto de un ejemplar de los alrededores de Zaragoza:
Aquí se puede ver la característica mancha central de C. campestris, bordeada normalmente de un color más oscuro o negruzco en C. campestris y de coloración más cobriza en C. maroccana:
Aquí se puede ver la característica mancha central de C. campestris, bordeada normalmente de un color más oscuro o negruzco en C. campestris y de coloración más cobriza en C. maroccana:
C. campestris es una especie que he podido observar en
Huesca (en diversas localidades
pirenaicas) y en Cantabria, y siempre la he encontrado en
poca cantidad. En Zaragoza también es posible encontrarla, aunque está más localizada que C. maroccana. Muestra preferencia por lugares menos áridos que C. maroccana, encontrándose en lugares con mayor humedad. En las cercanías de Zaragoza, C. campestris ocupa hondonadas y carrizales mientras que C. maroccana gusta de ambientes más esteparios. La subespecie más ampliamente distribuida es C. campestris campestris, pero en España también se conocen las subespecies atlantis y balearica, de distribución mucho más restringida. La subespecie atlantis parece ser de un color verde menos vivo y más oliváceo, y aparece en el sur de la península. La subespecie balearis, por su parte, es endémica de las islas Baleares, y es de color azul en lugar de verde.
En Zaragoza la hemos visto a partir de Marzo (día 9/03/2014) en números altos pero no a la densidad de otras especies como las Cylindera, Lophyra y Myriochile. En el Pirineo y Cantabria los hallazgos se corresponden con mediados y finales de verano (meses de Julio, Agosto y Septiembre).
En Zaragoza la hemos visto a partir de Marzo (día 9/03/2014) en números altos pero no a la densidad de otras especies como las Cylindera, Lophyra y Myriochile. En el Pirineo y Cantabria los hallazgos se corresponden con mediados y finales de verano (meses de Julio, Agosto y Septiembre).
Como se
ha comentado en la entrada de la ya mencionada C. maroccana, las dos especies guardan íntima relación pero están
claramente diferenciadas desde el punto de vista genético. En eucariotas, el
DNA satélite son secuencias repetidas de material no codificante pero
importante en la estabilidad de los cromosomas, siendo el componente
fundamental de los centrómeros. Se ha constatado la existencia de secuencias de
DNA satélite compartidas por C.
campestris y C. maroccana, y se
han localizado en los centrómeros de todos los cromosomas X de ambas especies.
Esta información, además de demostrar que ambas especies guardan un parentesco
elevado pero son especies separadas (lo cual concuerda con los datos
morfológicos y ecológicos correspondientes), puede ayudar a esclarecer cómo se
originó el cromosoma adicional que posee C.
maroccana.
Referencias:
Para la información de los satélites: Evolutionary
dynamics of a satellite DNA in the tiger beetle species pair Cicindela
campestris and C. maroccana. Galián J, Vogler AP.