Cicindela (Sophiodela) chinensis y su cría en cautividad

Cicindela chinensis es uno de los cicindélidos más llamativos que existen. Por este motivo es una especie bastante conocida en contextos no sólo entomológicos, sino también en ámbitos como el arte y la terrariofilia.

Se trata de una especie asiática, encontrándose en China, Japón y Corea, y a lo largo de su área de distribución ha dado lugar a varias subespecies: C. chinensis chinensis, C chinensis flammifera, C. chinensis japonica y C. chinensis okinawana.

La subespecie flammifera se encuentra en la península coreana, y se diferencia de las demás por tener más extendida la zona de coloración roja. La subespecie japonica se encuentra en buena parte de Japón, y es la mejor estudiada. Existen variaciones de esta subespecie, como la aberración viridissima.

He obtenido recientemente cuatro larvas de tercer instar (L3), de la subespecie flammifera, de origen surcoreano, y parte del objeto de esta entrada será el de ilustrar esta cría en cautividad.

Aquí tenemos a una de las larvas nada más salir del paquete:



De momento, en este primer día, las larvas se han aclimatado a lo que será su nuevo hogar: tarros de vidrio que contienen como sustrato una mezcla de diez partes de arena y una de arcilla. La arcilla sirve para dar consistencia al sustrato e impedir que las paredes del túnel de la larva cedan y la dejen atrapada. El sustrato debe estar siempre húmedo.


A esta imagen del primer día se añadirían tapas de tela translúcida (cortinas viejas) sujeta con gomas elásticas, para evitar que escapen las Drosophilas.


En esta última foto se ve el agujero de una de las larvas. Nada más llegar al recipiente, las larvas caminan con rapidez durante un par de minutos antes de comenzar la excavación de su nueva vivienda. A lo largo de la tarde se puede ver cómo suben con regularidad para sacar trozos de tierra con fuertes movimientos de la cabeza, indicador de que los agujeros probablemente son bastante profundos.

La temperatura que estoy manteniendo es de unos 25ºC durante el día y unos 20ºC durante la noche, con un período de luz de unas 10 horas. El calor procede de un cable térmico enroscado en la parte superior de los tarros, y la luz viene de una lámpara de LEDs. Como alimento se están usando moscas de la fruta (Drosophila sp) y gusanos de la harina (larvas de Tenebrio molitor). Ambos alimentos, así como la luz y elementos de calefacción, se pueden encontrar en tiendas de animales.

Las larvas pasan buena parte de su tiempo sin dejarse ver, pero de vez en cuando, durante el día, se las puede ver al acecho en la boca del túnel. Sólo atacan a las moscas de la fruta cuando les pasan prácticamente por encima de la cabeza, así que para asegurar que no les falte comida les pongo muchas moscas a la vez. Los gusanos de la harina son atacados cuando se introducen sin querer en la entrada de la galería. También capturan fácilmente moscas domésticas y hormigas.

Arrastran a sus presas al interior de su tubo, donde consumen sólo algunas partes de ella si es muy grande. Los restos los sacan fuera del túnel, de manera que quedan diseminados por el suelo. Es muy importante retirar estos restos casi a diario para evitar que se pudran.

En el transcurso de varias semanas, entre mediados y finales de Marzo, las larvas sellan sus agujeros y podemos asumir que ya se han preparado para pupar. De 8 larvas disponibles, 2 murieron prematuramente y un ejemplar fue equívocamente introducido en un bote compartido con otro, donde los túneles de las dos se encontraron bajo tierra y fue canibalizada. Nunca se debe juntar larvas en un mismo espacio porque no tardarán nada en matarse entre sí.

A finales de Mayo emergió el primer ejemplar adulto, una hembra (Fig. 1). Fue alojada temporalmente en el propio bote de la larva, donde se escondía de noche en el agujero del que había emergido. Sin embargo, a los 10 días fue transferida a un terrario de mayor tamaño (unos 40x20x20 cm), donde siguió siendo alimentada y se mantuvo a temperatura ambiente, siendo ésta de unos 23-24ºC). Los adultos de C. chinensis no aceptan la comida de gato y atacan a las presas en función de su tamaño: responden rápidamente ante la presencia de hormigas y moscas pero a menudo ignoran el movimiento de larvas de tenebriónidos grandes (Zophobas).

Fig 1: Hembra de C. chinensis flammifera.

A principios de Julio emerge un macho, de manera que ahora tenemos un macho y una hembra (Fig 2), que han sido ubicados en un terrario de mayor tamaño que el anterior, donde disponen de un tronco, una roca calefactora para reptiles y una bombilla térmica con campana de cerámica que se enciende durante las horas de más calor, y que logra una temperatura de 31ºC en el punto más caliente. Durante el resto del día la temperatura oscila entre los 24 y los 26ºC.  Una lámpara de LEDs blancos y rojos proporciona iluminación adicional. Existe una zona húmeda, irrigada varias veces al día con un spray.

Fig 2: En primer plano se ve al macho, y detrás la hembra.

No se producen cópulas hasta más de 20 días más tarde del inicio de la coexistencia entre estos dos ejemplares (Fig 3), lo que permite suponer que al menos el macho todavía no había alcanzado la madurez. También es muy importante que los animales estén bien alimentados, lo cual se ha conseguido suplementando su suministro de insectos vivos con pequeños trozos de carne cruda colgada de un hilo.

Fig 3

A día 31 de Julio muere el macho, después de decaer rápidamente a lo largo del día. En los días siguientes la hembra, aún viva después de más de 2 meses, ha seguido alimentándose y presumiblemente poniendo huevos, ya que en toda la zona húmeda del terrario ha aparecido gran cantidad de agujeros donde se puede esperar que la hembra haya puesto un huevo.

Mientras la pareja de adultos ha desarrollado toda su actividad, otros 3 botes de larvas siguen sellados desde que todas (incluidos los adultos) cerraron sus agujeros a la vez en Marzo. Al menos una de las larvas está viva porque se la puede ver a través del cristal, y no da signos de adelgazamiento a pesar de que lleva más de 4 meses sin comer nada. Los botes han estado sujetos a las mismas condiciones aproximadas.